CREER O NO CREER, HE AHÍ EL DILEMA

(Recopilaciones diversas de individuos diversos. De gente real del mundo real. Algunos dan a conocer sus verdaderas identidades, otros la ocultan y a los más pavos los echamos al agua... onda sapeo)
apuntesinsanos@gmail.com

lunes, 28 de enero de 2008

CONTENTO

—¿Contento?
—Sí, caleta...

MORTALIDAD DEL CANGREJO

Intentar escribiendo todo el día es un asunto grave. No tanto, pero depende del punto de vista, como todo. Si escribes más de lo que hablas, te pones a hablar como escribes, y ese sí que es un asunto grave, porque nadie puede hablar como escribe, ni escribir como habla. Si lo intentas te va a ir mal. Puede que no te entiendan.
Nadie puede ni siquiera intentar escribir un pensamiento. Esas cosas están bien dentro de uno, salen no sé de donde, te dan vueltas por ahí y a veces te muerden. A veces te hacen cosquillas, pero no se pueden escribir. Bonitos intentos pueden haber, pero no, no se puede. No lo intentes.
(No pienses como escribes. No escribas como piensas. Deja las dos cosas bien separadas, júntalas sólo lo necesario y ya está. No más secretos por hoy.)
Lo malo de la comunicación (escrita, oral, telepática...) es que por cualquier cosa con o sin importancia puede surgir un malentendido. Arreglar el asunto puede convertirse en un asunto de vida o muerte. Mejor dicho, de vida o vida. Para lo otro falta todavía. A lo más, unos cincuenta años, a lo menos, nunca se sabe.

LÁPIZ BIC

¿Qué hago yo, hombre joven y vigoroso, algo desadaptado, algo soñador, algo me da vueltas en la cabeza a veces, algo me aprieta el pecho de vez en cuando... qué hago yo escribiendo con un puto lápiz Bic, si esa hueá me la había prohibido?

"Los lápices Bic escriben como el dick"
(No los use. No los compre.
Sea diferente. Note la diferencia.)

viernes, 25 de enero de 2008

CON EMBARGO

—Bueno, a ver, como le explico. Es grave el asunto. Es un asunto delicado. A ver, tome asiento…
(Yo me senté)

Y empezó otra vez. La misma historia.

—Es un asunto grave, entienda, no podemos seguir esperando.
(Yo puse atención. Intenté concentrarme)

Y me lo contó de otra manera. La idea era que entendiera. La idea era que el Banco no podía hacerse cargo de esas deudas.

—No podemos hacer nada. Hemos esperado mucho tiempo, era cosa de estar al día con el último mes, era…
(…un asunto delicado, ya lo sé)

La oficina estaba compuesta de tres módulos. Uno para los clientes del Banco y otra para los que estaban intentando repactar alguna deuda. Al joven de al lado mío le dicen que tiene que ver la forma de conseguirse unos cheques a fecha. Me mira un segundo y en la mochila abierta parece llevar un libro. Parece un pobre estudiante todavía. Parece esperar algo más aparte de lo que le están diciendo. Pero al parecer es algo lejos de aquí. Tal vez cerca de aquí pero lejos. Módulo 3 una señora demasiado vieja para estar viva.

—No queríamos llegar a este punto, pero podrían llegar a embargar sus bienes, hay posibilidades ciertas. No queríamos llegar a esto.
(¿No me diga?)

NOVEDADES

—Apolo de Apolo 2, cambio...
—Apolo listo...
—De Apolo 2, tango 7 cambio...
—De Apolo recibido.

jueves, 24 de enero de 2008

AVISO

"Se necesita gásfiter que sepa soldar cañerías de cobre"
(¿Es broma?)

INVIERNOES

Han estado los días algo brumosos. Eso no es tan grave, creo yo. Por lo mismo, sólo por esa razón, se viene por un segundo no cronometrable algún día de invierno. Puede ser ese mismo día. Día altamente sorprendente, diría yo, aunque ya era de noche. Yo no debería haber estado ahí, se supone que por ese tiempo me las daba de promotor-vendedor poco creíble. Pero ese día por algún motivo nada extraño estaba al aire libre. Al frío. No estaba intentando convencer a la gente de ese supermercado que la mejor telefonía, señora; sí, tiene los mejores canales de deporte, señor. Sólo estaba tratando de convencerme a mí mismo no sé de qué, o sí sé y no lo digo, dándole al lápiz, para variar. Creo que estaba pidiendo algo. Creo que me fijé que los vehículos estaban más apurados. Me fijé también en la oscuridad de invierno, oscuridad algo más oscura y más apta para hacerte preguntas. Me fijé también que alguien viene y me fijé después que hasta se me cambió la letra. Creo que hablé (o escribí) ahí mismo que sí habías visto alguna vez una carta viva, o algo así.

NO CLASIFICADO

Una vez más. La acción del día detenida a causa de un pequeño imprevisto. AM es mañana. Clasificación de esta historia: COMO POCO RECURRENTE. Voy a la letra R. Ahí está: recurrente, poco. Decenas de acepciones y combinaciones, pero yo voy por poco recurrente. Ahí la idea clara, listo todo, comienza la acción del día, no apta para ojos sensibles.
No voy a referirme a los protagonistas de esta historia. Se hablará de ellos. Se harán comentarios en forma solapada, se dirá y no se dirá, todo por respeto a los inocentes. Todo porque esta entrega es la clave*. El punto de unión que une a todas las demás. Los protagonistas viven. No voy a decir que en Iquique, porque no es ahí.
Ahí les va. Ojo con levantar la vista. Lea esto de corrido, mire que de otra forma no se tendrá el efecto deseado. Deseado: Clasificado en el archivo COMO POCO PROBABLE, entiéndase la letra P: probable, poco.

“Ahí estaba mi cuerpo algo inquieto. El sol, protagonista de muchas historias, hoy más tranquilo, medio suave. Veo las torres de iluminación del Tierra de Campeones y pienso que es el nombre más estúpido para nombrar ese estadio. Yo prefería ir a ver los partidos del CDI a Cavancha, pero ya esa cosa está demolida. Se ve el ir y venir de los vehículos hacia Hospicio, y me acuerdo del pedido. Me acuerdo. Me da un poco de escalofrío y no sé qué más, así que voy directo a la ducha. El agua no es tan fría como debería y el pedido me da vueltas. Me asusta de sólo pensarlo. El agua se escurre por el piso y no pienso secarme, no pienso eso, porque pienso en el pedido. Me asusta la idea, me asusta de sólo pensarlo. Así que no pienso, no pienso, no pienso.”

Ahora bien, paso dos: ¿Dónde encajar esto?
Paso tres: Crear una nueva forma de clasificación.
Paso cuatro: La historia sale solita.
Paso cinco: Censurado.

*No es la clave. Es un embuste.

martes, 22 de enero de 2008

UN DESAFÍO

VOZ DE SPEAKER: Cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se hizo en el cielo un largo silencio. Y a siete ángeles, que estaban ante Dios, les fueron entregadas siete trompetas…

La noche apenas si ha refrescado la atmósfera cuando el sol anuncia ya su aparición a través de una cálida brisa que llega desde el horizonte grisáceo del mar. El Caballero Antonius Block está acostado sobre unas ramas de abeto extendidas sobre la playa. Tiene los ojos enrojecidos por el insomnio.
Jöns, sin embargo, duerme con ruidoso sueño de escudero. Quedó dormido tan pronto como se acostó en los linderos del bosque, entre arena gruesa, guijarros, y los pinos acariciados por el viento. Duerme con la boca abierta y el rostro vuelto hacia el cielo.
Los caballos se inquietan bajo el soplo de aire caliente, tendiendo sus hocicos hacia el mar. Su aspecto –delgados y desvaídos- es el mismo que el de sus dueños.
El Caballero se levanta y se dirige hacia la playa, justo hasta donde llegan las olas del mar, humedeciendo en el agua sus agrietados labios y su rostro quemado por el sol.
Jöns, por el contrario, sigue durmiendo. Se remueve en medio de su sueño. Duerme y parece como si gimiera, a la vez que se rasca violentamente la cabeza. Sus cabellos están cortados casi a ras de piel, lo cual permite apreciar una blanca cicatriz que le atraviesa toda la cabeza, partiendo desde encima de su ojo derecho.
El Caballero se deja caer de rodillas en la arena, con los ojos cerrados y la frente contraída. Se dispone a rezar. Junta fuertemente sus manos, una sobre la otra, y por entre los labios se escapan unas cuantas palabras ininteligibles. Su rostro expresa cierta angustia.
Transcurrido un tiempo, abre los ojos y mira hacia el sol, que empieza a aparecer sobre la superficie del mar, cubierta aún de bruma.
El Caballero se siente como abotargado bajo aquel cielo gris e inmóvil, que se asemeja a una inmensa cúpula de plomo.
Al oeste, en el horizonte, puede verse una gran nube sombría.
Y muy alto, apenas visible, un ave marina sobrevuela el mar con sus alas inmóviles, graznando de modo tan inquietante como extraño.
El caballo gris de Antonius Block levanta la cabeza y relincha.
El Caballero, entonces, se vuelve.
Y detrás de él, ve una figura completamente vestida de negro. Su rostro es muy pálido y oculta sus manos en los pliegues de su amplia capa.


EL CABALLERO: ¿Quién eres tú?
LA MUERTE: Soy la Muerte.
EL CABALLERO: ¿Acaso vienes a buscarme a mí?
LA MUERTE: Hace ya mucho tiempo que camino a tu lado.
EL CABALLERO: Ya lo sé.
LA MUERTE: ¿Estás dispuesto?
EL CABALLERO: Yo, sí. Pero mi cuerpo tiene miedo.
LA MUERTE: Es lógico. A todos les ocurre lo mismo. No tienes por qué avergonzarte.

El Caballero siente frío y se levanta. La Muerte, entonces, abre su capa con intención de cubrir las espaldas del Caballero.

El CABALLERO: Espera un instante…
LA MUERTE: Siempre ocurre igual. Todos me pedís lo mismo. Pero yo no concedo ningún aplazamiento.
EL CABALLERO: Tú juegas al ajedrez, ¿no es cierto?

Los ojos de la Muerte se avivan, como atravesando por una ráfaga de repentino interés.

LA MUERTE: ¿Cómo lo sabes?
EL CABALLERO: Lo he visto en los cuadros y lo he oído en infinidad de canciones y leyendas.
LA MUERTE: Sí, es verdad. Soy un jugador de ajedrez muy hábil.
EL CABALLERO: ¡Pero estoy seguro que no eres más fuerte que yo!

El Caballero busca en el interior de su gran saco de viaje y extrae de él un pequeño tablero de ajedrez, que pone cuidadosamente sobre el suelo, comenzando a colocar las piezas.

LA MUERTE: ¿Por qué quieres jugar conmigo al ajedrez?
EL CABALLERO: Eso es asunto mío… Te lo diré tan sólo si aceptas mi desafío.
LA MUERTE: Está bien; acepto.
EL CABALLERO: He aquí mis condiciones… Habrás de dejarme vivir mientras no me venzas. Y, si yo te doy jaque mate a ti, entonces tendrás que perdonarme la vida. ¿De acuerdo?

El Caballero tiende sus dos manos juntas hacia la Muerte, que le mira fijamente a la vez que sonríe. La Muerte señala una de las manos del Caballero, que éste abre para enseñar un peón negro.

EL CABALLERO: Las negras son para ti.
LA MUERTE: Es el color que mejor me va, ¿no crees?

El Caballero y la Muerte se inclinan sobre el tablero de ajedrez.
Tras un momento de duda, Antonius Block se decide a adelantar el peón de rey, con lo cual da comienzo a la partida, tan trascendental para él.
Y la Muerte le replica adelantando igualmente su peón de rey.

"EL SÉPTIMO SELLO"
INGMAR BERGAM
1957
(Guión)

lunes, 21 de enero de 2008

FASE REM

(Sueño paradójico.
Sueño más elaborado.
Ojos moviéndose rápido.
Alguna confusión.)

But that was just a dream
That was just a dream...

("LOSING MY RELIGION"/R.E.M./OUT OF TIME/1991)

TRINCHERAS

Originalmente no se llamó Primera Guerra Mundial. Sucede que no se esperaba que hubiera una segunda, así que sólo se denominó Gran Guerra.
En el Marne, Verdún o el Somme, daba lo mismo: las trincheras siempre eran húmedas, frías y apestosas.
Técnicamente se conocen como "posiciones".

HERIDAS

”(Imagínate que tienes una herida en alguna parte de tu cuerpo, en alguna parte que no puedes ubicar exactamente, y que no puedes, tampoco, ver ni tocar, y supón que esa herida te duele y amenaza abrirse o se abre cuando te olvidas de ella y haces lo que no debes, inclinarte, correr, luchar o reír; apenas lo intentas, la herida surge, su recuerdo primero, su dolor en seguida: aquí estoy, anda despacio. No te quedan más que dos caminos: o renunciar a vivir así, haciendo a propósito lo que no debes, o vivir así, evitando hacer lo que no debes. Si eliges el primer camino, si saltas, gritas, ríes, corres o luchas todo terminará pronto: la herida, al hacerse más grande de lo que puedes soportar, te convertirá en algo que sólo necesitará ser sepultado y que aún así podría pasarse sin ese requisito. Si esto ocurre, querrá decir que tenías un enorme deseo de vivir y que exasperado por la imposibilidad de hacerlo como querías, preferiste terminar, y esto no significará, de ningún modo, heroísmo; significará que tenías una herida, que ella pudo más que tú y que le cediste el sitio. Si eliges el segundo camino, continuarás existiendo, nadie sabe por cuánto tiempo: renunciarás a los movimientos marciales y a las alegrías exageradas y vivirás, como un sirviente, alrededor de tu herida, cuidando que no sangre, que no se abra, que no se descomponga, y esto, amigo mío, significará que tienes un enorme deseo de vivir y que, impedido de hacerlo como deseas, aceptas hacerlo como puedas, sin que ello deba llamarse, óyelo bien, cobardía así como si elegiste el primer camino nada podrá hacer suponer que fuiste un héroe: resistir es tan cobarde o heroico como renunciar. Por lo demás, las heridas no son eternas, y mejoran o acaban con uno, y puede suceder que después de vivir años con una, sientas de pronto que ha cicatrizado y que puedes hacer lo que todo hombre sano hace, como puede ocurrir, también, que concluya contigo, ya que una herida es una herida y puede matar de dos maneras: por ella misma o abriendo en tu cerebro otra, que atacará, sin que te enteres, tu resistencia para vivir; tú tienes una herida, supongamos, en un pulmón, en el duodeno, en el recto o en el corazón, y quieres vivir y resistes, no te doblegas, aprietas los dientes, lloras, pero no cedes y sigues, aunque sea de rodillas, aun arrastrándote, llenando el mundo de lamentaciones y blasfemias; pero un día sientes que ya no puedes resistir; que tus nervios se sueltan, que tus rodillas y tus piernas no te soportan y se doblegan: caes entonces, te entregas y la herida te absorbe. Es el fin: una herida se ha juntado a la otra, y tú, que apenas podías aguantar una, no puedes con las dos.

”Pero imagínate que no tienes ni la primera ni la segunda herida de que te he hablado, sino otra, una con la que puedes nacer o que puede aparecer en el curso de tu existencia, en la infancia, en la adolescencia, en la adultez, espontáneamente o provocada por la vida.

”Hoy es un día de sol y de viento y un adolescente camina junto al mar; parece, como te decía hace un rato, caminar por un sendero trazado a orillas de un abismo. Si pasas junto a él y le miras, verás su rostro enflaquecido, su ropa manchada, sus zapatos gastados, su pelo largo y, sobre todo, su expresión de temor; no verás su herida, esa única herida que por ahora tiene, y podrás creer que es un vago, un ser que se niega a trabajar y espera vivir de lo que le den o de lo que consiga buena o malamente por ahí; pero no hay tal: no te pedirá nada y si le ofreces algo lo rechazará con una sonrisa, salvo que al ofrecérselo le mires y le hables de un modo que ni yo ni nadie podría explicarte, pues esa mirada y esa voz son indescriptibles e inexplicables. Y piensa que en este mismo momento hay, cerca de ti, muchos seres que tienen su misma apariencia de enfermos, enfermos de una herida real o imaginaria, aparente u oculta, pero herida al fin, profunda o superficial, de sordo o agudo dolor, sangrante o seca, de grandes o pequeños labios, que los limita, los empequeñece, los reduce y los inmoviliza).

(Manuel Rojas, Hijo de ladrón)

jueves, 17 de enero de 2008

CONFERENCIA

"Perdón y Nación"
por el Dr. Humberto Giannini
Conferencia de Clausura Escuela de Verano UDEC
Audorio Universidad de Concepción
18:30 Hrs.

CARTAS

"Hace mucho tiempo que no le escribo, señora Milena, y también hoy le escribo por una casualidad. En realidad no tengo que disculparme de mi silencio, usted ya sabe cómo odio las cartas. Toda la desdicha de mi vida —no quiero con esto quejarme, sino hacer una observación de interés general— proviene por así decir de las cartas o de la posibilidad de escribirlas. Las personas casi nunca me han traicionado, pero las cartas siempre; y en verdad no las ajenas, sino justamente las mías. En mi caso es una desgracia muy especial, de la que no quiero seguir hablando, pero al mismo tiempo es también una desgracia general. La sencilla posibilidad de escribir cartas debe de haber provocado —desde un punto de vista meramente teórico— una terrible desintegración de almas en el mundo. Es en efecto una conversación con fantasmas (y para peor no sólo con el fantasma del destinatario, sino también con el del remitente) que se desarrolla entre líneas en la carta que uno escribe, o aun en una serie de cartas, donde cada una corrobora la otra y puede parecerse a ella como testigo. ¿De dónde habrá surgido la idea de que las personas podían comunicarse mediante cartas? Se puede pensar en una persona distante, se puede aferrar a una persona cercana, todo lo demás queda más allá de las fuerzas humanas. Escribir cartas, sin embargo, significa desnudarse ante los fantasmas, que lo esperan ávidamente. Los besos por escrito no llegan a su destino, se los beben por el camino los fantasmas."
(Franz Kafka, Cartas a Milena)

MUDANZA

La lluvia sorpresiva. Inesperada. Va golpeando el techo apenas. Se arrepiente casi de estar cayendo y en el trayecto intenta volver. Por un segundo parece eso pero no: se desarma, rearma y humedece y es más bien un sonido suave, lluvia fuera de temporada.
Viendo caer eso del cielo, eso que se intenta nombrar, una sonrisa al ver el departamento del frente vacío. Vacío, ya no tiene cortinas. Un letrero de “Se Arrienda” pegado en su ventana llega hasta aquí, visualmente hasta acá. Realmente se supone que dice eso, casi se ve; casi no la mancha más borrosa que es número telefónico, dice la experiencia. Si no es número telefónico voy a sentirme culpable de algo otra vez.
Cerca de seis meses esperando que ese lugar estuviera disponible. Tenía una ubicación excelente. Grandes ventanas, que decían sol tarde y mañana. Tenía una entrada discreta y la salida donde mismo.

miércoles, 16 de enero de 2008

TU MARCELLUS ERIS

«Mira cómo llega Marcelo señalado por opimo
botín y vencedor sobresale entre todos los soldados.
Éste los intereses de Roma en medio de gran revuelta
afirmará a caballo, tumbará a los púnicos y al galo rebelde,
y colgará el tercero al padre Quirino las armas capturadas.»

"Heu, miserande puer, si qua fata aspera rumpas,
tu Marcellus eris."

(Virgilio, La Eneida)

SEGUNDOS DEL DÍA

Ahí. Mirando. Admirando. Es una buena forma de decirlo. Es una buena forma de describirlo, si tomamos en cuenta que hay cosas indescriptibles y por más que se intente no es posible, aunque haya buena intención y la consabida inspiración absolutamente necesaria para estos casos, era que no.
Por lo mismo, una opción válida es permanecer en silencio. Ni siquiera dársela de inteligentoso ni sensibloide, nada de lo que no soy ni pretendo.
Otra opción válida es hablar hasta por lo codos, y dárselas de.
Por lo mismo, a partir de aquí, a partir de ahora, unos segundos de meditación (1,2,3...). Suficiente.
Ahora, con las ideas claras, con ninguna certeza, con un papel borroneado en el bolsillo, encamino los pasos. Mis pasos.
Voy contando. Voy pensando. Voy dispuesto.
Voy y vengo.
Voy y vuelvo.

martes, 15 de enero de 2008

ASESORÍAS

Pueden ejercerse acciones legales. Demandas y Querellas. Puede decirse que la corrupción no es tan alta si se compara con los otros países del vecindario.
Puede decirse que una buena asesoría es una buena asesoría.

UNOS TRADUCTORES

Traducimos textos. Nos pagan por eso, a veces ganamos algo. Una palabrita que no es adecuada porque daña la idea original, porque de ahí la dejas como fuera de contexto, porque la subjetividad del autor no se puede atrapar y porque el lenguaje es sólo un uso, un intento de.

CONSTANTE (UP/DOWN)

Por cierto, no puedo dejar de hacer este tipo de cosas. Constantemente, y llamémoslo como queramos, pero no puedo evitarlo. Hoy la subida fue algo más empinada, algo más el sol. Algo fuerte, la palabra adecuada. Hacia arriba, o arriba mejor dicho, cuando estás ahí, tienes una vista algo privilegiada.
Subir y vajar. Después de bajar, subir. Y convertir todo en un círculo vicioso, si es para no creer lo que nos dijo la dueña, que como era posible, que hasta cuando, que si yo no iba a molestarme.
—Claro que no, doña Juana. Haga lo que tenga que hacer.
Nos tocaba bajada. Nos tocaba quien se atreve. Nos tocaba hacer el ridículo. Mientras la gran mayoría sube, la gran minoría en relajo espontáneo, aprovechando el descanso merecido.
Yo (nosotros) aquí. A punta de golpes vas a terminar por aprender. Lección poco convencional se anota y se deja marcada. No confundir con la buena acción del día. Con el mal pensamiento a la orden del día.
—Fúmate un cigarrito, no seai hueón, mira que de algo hay que morirse.
Y te miro de una manera. De una manera. De una manera que guardas profundo silencio. Dicen por ahí que un hielo entró en la habitación y que la tensión era tal que se podía cortar con un cuchillo y que quien sabe qué cosas más.
Yo sólo digo y pienso una cosa. Me la guardo. Guárdate tus cigarros.
En un rato más, otra vez subir.

lunes, 14 de enero de 2008

A CONCIENCIA

—¿Erís tonto o te hací?
—No sé.

APOCALYPSE NOW

Uno de estos días voy a tener que hacer eso. Ahí va. Ahí parece ir. Ahí las cosas están tomando una tonalidad diferente. Unos reflejos algo fuera de contexto, pero en estos casos el contexto se va donde mejor sea recibido. Pero pongo atención y definitivamente ahí va.
Primera parte: Encontraron al implicado en el crimen en los precisos momentos en que iba a encontrarse con su pareja. El tipo debe haber puesto una cara de sorprendido, pero sabía que estaban tras sus pasos. La mina se fue detenida también como encubridora. Una redada planificada. Un abrazo roto. Una captura limpia en las calles sofocantes de Ñuñoa.
Segunda parte: Corte las cebollas en pluma, o a la pluma, o como sea. Prenda el sartén, o la sartén, o como sea.
Tercer acto: This is The End, my only friend, the end… (y si la sala era buena, podías sentir como los helicópteros se sobreponían a la música. Como se te venían encima, como eras por un momento parte de todo eso. Se supone que esa era la idea.)
("THE END"/THE DOORS/1967)

miércoles, 9 de enero de 2008

MÁS CAMBIOS

Sale Velasco.
Entra Pérez-Yoma.
Yo no paro de reírme.

IMAGINACIÓN

—¿Te imaginai?
—No. No me imagino.

CARACTERÍSTICAS

La calle más corta de este lugar se caracteriza por venir de un lugar que no se ve desde el antejardín de hibiscos. Se caracteriza además de ser corta, por tener casi todas las casas pintadas de rojo o amarillo. Todo eso le da un efecto algo especial por las tardes y sólo por las tardes. En la mañana la luminosidad se caracteriza por nada especial y algún ruido a veces, pero nada como el canto de los pájaros que se levantan sagradamente a las cuatro y media de la mañana.
Se caracteriza este canto por ser corto y rápido. Corto y rápido. Rápido y corto. Después es como si se volvieran a dormir. Pero yo sé que no. Yo sé que sólo están callados. Es imposible que se duerman en tan poco rato. Se caracteriza este momento por intentar saber en que estarán los pájaros y si es canto, trino o ruido molesto, aunque es sólo un punto de vista. Después de un momento de silencio incalculable, otra vez vuelven, pero con más ganas. Y comienza a iluminarse de a poco pero todavía el sol está bien escondido. Y se ilumina y el sol se delata con luz ascendente. Creciente. Envolvente.
Si sales, si pones los dos pies afuera del antejardín que se caracteriza por no sé que, afuera se ve perfectamente de donde viene la calle corta. Viene de una calle más grande, que se caracteriza por ser altamente transitada en esta época del año. El efecto solar en las tardes sobre las casas amarillas y rojas sólo lo supongo.
Sucede que a esa hora no estoy.

lunes, 7 de enero de 2008

CERTEZAS

—Usted escribe, supongo.
—No —dijo Oliveira—. Qué voy a escribir, para eso hay que tener alguna certidumbre de haber vivido.
—La existencia precede a la esencia —dijo Morelli sonriendo.
—Si quiere. No es exactamente así, en mi caso.

(Julio Cortázar, Rayuela)

SUEÑOS

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

(Calderón de la Barca, La vida es sueño)

ALEGRÍA

"Alégrate, joven, en tu juventud"
ECLESIASTÉS